viernes, 18 de febrero de 2011

CON GERARDO ROZIN - ELISA CARRIO - PARTE 1



Carrió no cambia mucho su speech, pero siempre algo deja entrever en su discurso conservador y de derecha, disfrazado de una centro izquierda.

Ella habla convencida de que este año va a ganar las elecciones 2011, mientras que Rozin trata de esconder su asombro, y repregunta.... Pero Lilita explica porque va a ganar detalladamente diciendo: "Porque la gente va a votar el orden", y según ella el orden es su partido.

Minuto del video 2:06 Carrió dice: (hablando de un futuro cercano) "En momentos de crisis, en momentos de gran desorden, la gente vota orden"... Bien se nota en sus siguientes frases que ella está viviendo en EE. UU o Europa, pero no en Argentina. Ya que habla de su gira internacional en el minuto  2:24 dice: "Hemos recorrido toda la Provincia de Bs. As..." ¿Gira internacional? ¿Sabe que Bs. As, Córdoba, el Norte y la Patagonia quedan en Argentina?

Sigue…”Ahora hay en la Argentina muchos Peronistas que ya no son peronistas, que creen en otra Argentina, y hay un mundo no Peronista que ahí no está. Nosotros estamos hablando de esos Peronistas decentes que quieren a la República, y al mundo no Peronista, eso es un cincuenta porciento, el otro cincuenta es la suceción del Peronismo….”
A Duhalde, Macri, Sciolli, Cristina, De Narvaez los mete a todos en una misma bolsa, que la llama interna del PJ, así los pone a todos en el mismo escalón, obvio que la que no encaja en esa lista es Cristina y Sciolli por ahora yo lo dejo en duda.

Rozin dice: “Para mí al final están los que van a tratar de propiciar la continuidad del oficialismo, y van a estar los que va a votar queriendo cambiar…” “¿No te parece que son el mismo grupo los que pueden votar por Macri o por vos, por…?”
Carrió: “No, no, al contrario me parece que son dos modelos distintos. Uno apunta a la clase media, a la pequeña y mediana empresa, apunta a la decencia, apunta a distribuir ingresos y no seguir participando de los negocios, las otras propuestas están ligadas a ver quién gerencia los mismos negocios, son los mismos de los noventas, los mismo del dos mil ahora. No al contrario no disputamos ni competimos es otra Agentina la que buscamos, no, no, no…”

Bueno por lo menos acá deja bien en claro que apunta a la clase media, y de ahí  para arriba, a la clase baja la ignora totalmente.
Cuando sale a hablar de la Asignación Universal por hijo o las jubilaciones, no se porque opina si claramente dijo a quienes apunta, y para quienes va a gobernar si gana, y los pobres, los más necesitados no entran en esa franja...

viernes, 4 de febrero de 2011

El encuentro de dos mujeres: Cristina y Dilma











Como no podía ser de otra manera Ricardo Forster en este escrito habla de manera sencilla y directa sobre la extranjerización en nuestro país. De la Unasur y de lo importante que es la alianza que tenemos con Brasil.

Por una Latinoamérica unida, y no divida por los intereses de EE. UU o de Europa.
¿Civilización o barbarie? Proclamaba Sarmiento, y mandaba a Paraguay a todas las profesoras de inglés que venían de EE.UU que no eran rubias y de ojos claros… ¿El Menguele argentino? ¿Ese es el padre del aula? Bueno a criterio de cada uno lo dejo…

Desde aquellos tiempos siempre se nos alentó a mirar a los países de Europa y EE.UU como el primer mundo, los grandes, el ejemplo a imitar  y a descartar nuestra Latinoamérica y especialmente a los sectores con menos recursos, a los” morrochitos” dirían los oligarcas.
Cuando hoy en día su economía neoliberal depredadora se les cae en la cabeza, todavía acá hay políticos, dirigentes, empresarios y ciudadanos, que siguen queriendo imponer ese modelo caduco, gastado y fracasado.

EL ENCUENTRO DE DOS MUJERES: CRISTINA Y DILMA

Por Ricardo Forster
Uno de los grandes méritos de Néstor Kirchner fue, utilizando la herramienta algo herrumbrada del Mercosur, relanzar, junto con el ex presidente Lula, un sólido proyecto de integración regional que luego se vio ampliado con la creación de la Unasur. De ese modo, no sólo respondía a una necesidad de época, aquella que señala los lazos fundamentales que nos unen con el Brasil sino que, también, recuperaba un antiguo hilo de la historia latinoamericana, un hilo que, nacido junto con las gestas emancipatorias de principios del siglo XIX, se había perdido en el interior de otra historia negadora de los lazos entrañables e insustituibles que nos unen al resto de Sudamérica.


 Pero también hay que retroceder al encuentro de Mar del Plata del 2005 en el que junto con Venezuela, Bolivia y Brasil, Argentina rechazó la propuesta bushista del ALCA rompiendo, después de décadas de sometimiento, la hegemonía continental de Estados Unidos. Reescribir, bajo las condiciones del presente, lo mejor de la historia latinoamericana ha sido una constante de estos últimos años. Ahora son dos mujeres las encargadas de continuar con esa extraordinaria y muchas veces desmembrada tradición de unidad.


Kirchner unió interés y necesidad económica con reconstrucción ideológico-cultural para, de ese modo, reinstalar al país en su menospreciado destino continental. En los inolvidables días del Bicentenario, y ya bajo la presidencia de Cristina Fernández, se hizo carne un relato de profundo sentido latinoamericanista cuyo punto de inflexión lo constituyó la inauguración del salón de los patriotas latinoamericanos el 25 de mayo junto con los presidentes de Bolivia, Chile, Uruguay, Ecuador, Venezuela y Brasil. Allí se selló algo históricamente entrañable y decisivo que ha ido reconfigurando nuestros vínculos con el resto de las naciones hermanas. Marchando a contrapelo de una historia trágica y traicionera, una historia de desencuentros y de imposibles diálogos, la actualidad sudamericana nos confronta, como nunca antes, con la posibilidad cierta de recobrar los antiguos ideales de una unidad de todos aquellos países que se reconocen en la saga común de los libertadores a los que ahora, y de una manera decisiva, se les une Brasil.


La recreación del Mercosur se hizo en paralelo con la reconstrucción, profundización y consolidación de las relaciones estratégicas con Brasil afirmando, de esa manera, una clara y contundente política de redefinición de la diplomacia, la economía, la política y la cultura de un país, el nuestro, que o había sido durante muchísimo tiempo deudor de Europa (en lo económico de Inglaterra y en lo cultural básicamente de Francia) o, a partir de la segunda mitad del siglo XX, lo había sido de Estados Unidos.


Para la clase dominante las relaciones internacionales llevaban siempre el sentido norte de la brújula, mientras que América Latina no representaba otra cosa, en su visión de un progreso civilizatorio cuyo punto de origen y de sentido siempre había que ir a buscarlo a los grandes imperios europeos, que el atraso y la barbarie de la que había que huir raudamente. Para esos mismos sectores de lo que se trataba era de “abrirse al mundo”, de “romper nuestro aislamiento” y de “consolidar relaciones serias y maduras con las grandes potencias”, lo demás era seguir persistiendo con la política del enclaustramiento:


 (esa, la defensa a ultranza del aperturismo limitado, fue la política de la élite oligárquica durante las primeras décadas del siglo pasado cuando se asumieron casi como colonia británica; esa fue la de los militares y las corporaciones económicas en los años sesenta y setenta cuando, para “combatir al comunismo” destruyeron el Estado de derecho, la vida democrática y asolaron cuerpos e instituciones). Todos recordamos el momento más grotesco de esa visión primermundista cuando el otrora canciller de Menem, Guido Di Tella, conjugó aquella frase que ocuparía, por derecho propio, un lugar en lo peor de la vida argentina, nos dijo con total desparpajo, respondiéndole a algún periodista de turno, que con el imperio del norte teníamos “unas excelentes relaciones carnales”.


Salir de esa orientación duradera que había dejado una marca muy profunda en el imaginario colectivo, quebrar ese principio ideológico que buscó, desde mediados del siglo XIX, apartar a Argentina de su destino sudamericano, constituyó, y lo sigue siendo, una tarea de largo aliento que, entre otras cosas, debe enfrentarse con prejuicios arraigados en vastos sectores de nuestra sociedad. Hay, que duda cabe y lo pudimos comprobar en los brotes de racismo y de xenofobia en las últimas semanas del año pasado, una presencia no insignificante de un prejuicio que mucho tiene que ver con los “ideales primermundistas” que heredamos de la década del noventa y que, bajo sus propias condiciones, expresó la forma más pedestre y cholulista del ideario republicano liberal de los padres fundadores de la República en los tiempos de Sarmiento, Alberdi, Roca y la generación del 80.


 Una suerte de cualunquismo de clase media que siempre creyó mirarse en el espejo de Europa, o más cerca de nosotros y sin tantas pretensiones culturales, en el que le devolvía Miami; un espejo de ciudadanos rubios que nada tenían que ver con los pueblos oscuros que nos rodean y nos amenazan con invadirnos.
Un poco más atrás en el tiempo –nos ubicamos en la segunda mitad del siglo veinte- la influencia hegemónica de los intereses estadounidenses en la región llevó, de la mano de la doctrina de la seguridad nacional, a la implementación de las más brutales dictaduras que asolaron el sur del continente entre los años sesenta y ochenta.


Los mismos que desde siempre exigen “calidad institucional” y “apertura al mundo” fueron los cómplices locales de esa noche de horror. ¿Qué querrán decir cuando hablan de “abrirse al mundo”, a qué mundo querrán regresar? Durante los años de la dictadura, la propia palabra “América Latina” estaba en el index de los términos sospechosos de ser subversivos. Más elegantes, los economistas neoliberales simplemente arrojaron al tacho de los desperdicios la relación de Argentina con el resto de las naciones sudamericanas como exponente de una época superada. Néstor Kirchner, en esa como en otras cuestiones decisivas, vendría a invertir la tendencia dominante para reinscribir a nuestro país en el relato de la historia latinoamericana. Y uno de los pilares de esa reconstrucción fue, y lo sigue siendo, la relación con el Brasil alcanzando a romper una historia de desencuentros y de mutua desconfianza para avanzar hacia una perspectiva integradora. En un sentido más radical y contundente, avanzaron, Lula y Kirchner, sobre lo que previamente habían forjado Sarney y Alfonsín.


Escribo esta rápida reseña que nos muestra lo significativo del giro que, desde 2003, viene dándose entre nosotros para enmarcar, desde el punto de vista de las relaciones internacionales, la honda significación política (que lo es también económica y cultural) de la primer visita que, en calidad de presidente del Brasil, realiza Dilma Roussef. No se trata apenas, como lo quieren minimizar algunos sesudos periodistas “independientes”, de la continuidad de una tradición (la primera salida al exterior de un presidente electo en el Brasil la hace siempre a la Argentina), se trata, antes bien, de la puesta en evidencia de una extraordinaria etapa forjada por Kirchner y Lula y continuada, por esas casualidades del destino, por dos mujeres que han asumido las primeras magistraturas de sus respectivos países.


Dilma y Cristina representan esta hora latinoamericana cuyo punto de inflexión ha sido no sólo la creación de la Unasur sino sus decisivas intervenciones en defensa de los gobiernos democráticos (lo hizo como bautismo en Bolivia cuando las fuerzas golpistas de la Media Luna amenazaban la legitimidad del gobierno de Evo Morales; lo intentó, con menos éxito, cuando Zelaya fue destituido en Honduras con el beneplácito, algo vergonzante, de la administración de Obama; y lo volvió a hacer, con absoluta decisión, ante el intento de golpe de Estado contra el presidente Correa en Ecuador).


Ese es el encuadre ideológico que ofrece una nueva perspectiva en una historia continental asolada por el golpismo y que en la última década ha forjado un giro extraordinario que tiene como eje principal la consolidación de los procesos democráticos en consonancia con la recuperación de políticas económico-sociales antagónicas al dominio que el neoliberalismo ejerció en los años finales del siglo veinte haciendo de América Latina el continente más desigual del planeta.
Cristina y Dilma, como antes Kirchner y Lula, expresan la vocación compartida de imprimirle a nuestra realidad una orientación que apunte por un lado a la reparación social y, por el otro, a la consolidación de una política latinoamericanista que haga de nuestro espacio regional una zona clave en el concierto internacional.


Nunca como en estos años Brasil y Argentina confluyeron en una política compartida y en una proyección estratégica enlazada con los otros países de la región. Nunca como en estos años la política exterior de nuestro país fue más abierta y caudalosa ocupando un lugar expectante en los grandes foros internacionales; nunca como en estos años economía y política se encontraron para fijar una perspectiva que logra, a un mismo tiempo, conjugar los ideales latinoamericanistas con los intereses propios del país.


 Es bajo esta nueva realidad que se enmarca el encuentro entre Cristina y Dilma, un encuentro que nos ofrece la oportunidad de reconocer los nuevos aires que vienen soplando desde hace casi 10 años en una región que supo ser el laboratorio de experimentación de las políticas neoliberales. El conjunto de países que conforman la Unasur, con diversidades y complementariedades, atravesando distintos procesos político sociales, se corresponde con el profundo giro de reparación democrática que hoy caracteriza a la región (que, a diferencia de los años precedentes, supone de un modo decisivo la cuestión de la distribución y de la construcción de políticas que tiendan a avanzar hacia una mayor equidad). Seguramente Cristina y Dilma, con historias de viejas militancias setentistas, seguirán enfocando la lente de esta época caudalosa y apasionante hacia una visión cada vez más precisa del horizonte compartido.

jueves, 3 de febrero de 2011

10/05/2011 Violencia machista: la baleó su ex pareja y está grave









Atención a los medios de comunicación: 
Ante la significativa suba en el número de víctimas de femicidios por quemaduras. Y ya que,  puede haber un efecto contagio en la metodología de quemar a la mujer. Revisen el rol y la forma que usan al notificar femicidios, porque podría ser que :"Estén naturalizando la violencia contra la mujer", mientras que el violento pasa inadvertido, cuando tendría que ser el castigado.
No se trata de exaserbar el victimismo femenino, sino de prevenir por todos los medios posibles estos dolorosos episodios.

Lamentablemente siguen los casos de femicidios. Mujeres  víctimas de sus parejas, que son asesinadas, y prendidas fuego. ¡Es alarmante!
La lista de éstas víctimas de violencia de género en todo el mundo podría llegar a cifras escalofriantes.


Repito:  ¿Cómo frenar esto? A mí se me ocurre que una forma sería aplicar varias políticas de género, esto implicaría tomar medidas en todo el ámbito de las víctimas, cuidarlas desde que hace la denuncia. Y, él o la, que le tome la denuncia, sea personal idóneo, que haya  soporte psicológico en todo el proceso para la víctima, y para su entorno, (hermanos, hijos, amigos, vecinos u otros familiares); y por sobre todo, cuidar que el agresor no se acerque en ningún momento a la víctima.

Otra medida pero ya más macro, es revisar los patrones culturales en profundidad, porque es un probema con raíz cultural.
Basándome en que el índice más alto de muerte es por quemaduras. Esto me remonta a la era medieval donde se prácticaban las quemas de "brujas..."

Más noticias:
Tomadas desde el mes de diciembre de 2010

1) 07/12/2010  La roció con nafta y la prendió fuego el día en que ella pensaba dejarlo

http://www.noticiasid.com/?p=12514

2) 04/2/2011   Wilde Murió otra mujer que fue quemada por su marido

http://uol.elargentino.com/nota-124934-seccion-109-Murio-otra-mujer-que-fue-quemada-por-su-marido.html


3) 03/02/2011   Se recupera la mujer quemada por su pareja

http://www.infobae.com/notas/559775-Se-recupera-la-mujer-quemada-por-su-pareja.html


4) 23/2/2011  Por celos, roció con alcohol a su mujer y la prendió fuego

http://www.telam.com.ar/vernota.php?tipo=N&idPub=213271&id=404319&dis=1&sec=1


5) 03/03/2011 La mujer quemada por su pareja está fuera de peligro...

http://www.elargentino.com/nota-128555-La-mujer-que-fue-quemada-por-su-pareja-esta-internada.html


6) 08/03/2011 Murió la chica que había sido quemada por su novio en Santiago del Estero

http://noticias.terra.com.ar/murio-la-chica-que-habia-sido-quemada-por-su-novio-en-santiago-del-estero,cd908e8e6679e210VgnVCM3000009af154d0RCRD.html

Faltan algunas más, que por motivos de mi personal indignación dejé un tiempo de postearlas.
Pero vuelvo a poner los casos que al menos salen en los medios.

7) 10/05/2011 Violencia machista: la baleó su ex pareja y está grave

http://www.elargentino.com/nota-138321-La-baleo-su-ex-pareja-y-esta-grave.html

Formadores de precios

 




El tema de la suba de precios , ya es cosa de todos los días.
El Ministro Amado Boudou ya salió varias veces junto a el Ministro De vido y Guillermo Moreno a hablar de esto, y a tratar de hacerle entender a la gente, que no es culpa del gobierno la inflación.
Históricamente éste es un tema asociado al gobierno estratégicamente, y lo más cercano que tenemos en nuestra historia, es la hiperinflación que terminó con el gobierno del Ex Presidente fallecido Dr. Ricardo Alfonsín. Es una herida fresca, y eso lo convierte en un blanco fácil para los empresarios, monopólicos y oligopólicos.
¿Por qué en vez de subir los precios de los productos, no generan la fabricación en serie? Eso bajaría los costos... Pero a ellos les generaría un gasto, y acá los empresarios no tienen visión a futuro, siempre quieren ganar lo máximo y ahora!
Así que el trabajador, es quién termina pagando las consecuencias.
Si hay un incremento en la demanda por la asignación Universal por hijo, más los aumentos a los jubilados, más la generación de nuevos puestos de trabajo,  y esto sigue creciendo, el mercado interno aumentará mucho más. entonces la fabricación en serie terminaría siendo el camino correcto, no un gasto, una inversión a futuro, que es prometedor y cercano. Con el tiempo el gasto se amortizaría solo. Pero ganar más, más y ya, es lo que apremia a los empresarios.
Acá Carlos Heller da una brillante explicación sobre el tema.

Formadores de precios

Por Carlos Heller
Para comenzar a hablar de inflación hay que tener en cuenta que en la Argentina ha sido históricamente un mecanismo de licuación de los salarios; al ser más lenta la recomposición salarial, siempre fue detrás de los precios, y en ese proceso se perdió gran parte del poder de compra de los trabajadores, así como también se generaron innumerables océanos de rentabilidad en las grandes empresas.
El diagnóstico de los orígenes de la inflación excede ampliamente el ámbito económico, ya que la adopción de una u otra explicación revela ideologías y políticas bien definidas.

Por eso aún hoy es habitual encontrar entre los gurúes de la economía argentina quienes relacionan la inflación con la emisión monetaria, efecto que resulta inaplicable en un país como el nuestro con un muy bajo nivel de monetización y superávit fiscal y comercial.
En realidad, la monetización del último año ha estado acompañando las necesidades de mayores medios de pago que requiere la economía. Si no se hubiera reformulado el programa monetario, esta inflexibilidad habría derivado en una política de enfriamiento.

Generalmente esta preocupación por la expansión monetaria viene montada sobre otra mucho más habitual: el origen de la inflación se encuentra en el incremento desmesurado del gasto público.
Esta tesis también puede ser refutada con la simple observación de la realidad.

A finales de diciembre de 2008 y principios de 2009, como consecuencia de la crisis, tanto las expectativas de inflación como la inflación se frenaron, a pesar de que venía aumentando el gasto público con las políticas anticíclicas. Cuando la gente retrajo su consumo por el temor a la crisis, los empresarios redujeron su margen de ganancias y aplicaron grandes rebajas, pero al recomponerse el consumo, en gran parte gracias a medidas sociales del Gobierno, rápidamente comenzaron a aumentar algunos rubros, en especial los más sensibles.

Pero si bien los números y la realidad las refutan, tanto la tesis de la expansión monetaria como la del gasto público sirven para presentar un enfriamiento de la economía como saludable.
Y en este aspecto hay una cuestión fundamental: las consecuencias sociales sobre las clases populares de los programas de enfriamiento de la economía, o de ajuste como también suelen denominarse, siempre han sido mucho más graves que los efectos de la inflación. La inflación les quita poder de compra, pero el ajuste les quita el trabajo.

El origen de la inflación es estructural, es fruto de la puja distributiva. La capacidad de los formadores de precios de aumentar los valores de sus productos está estrechamente vinculado con una estructura de comercialización concentrada, oligopólica, que generalmente va en desmedro de los productores pequeños y medianos.
La suba se produce principalmente en alimentos y bebidas, pues con la universalización de la asignación por hijo y sobreaguinaldo de jubilados, entre otros, se produjo una distribución del ingreso que fue a los sectores que dedican la gran mayoría de su gasto a estos rubros.

El lado político de la inflación:
Centrar el origen del aumento de precios en el aumento del gasto público lleva a reducir el gasto en general, pero en especial el gasto social. La idea implícita de este análisis es: “Si aumentamos el poder de compra de la población de menores ingresos, ello repercutirá en mayor demanda, en especial de alimentos, y, por lo tanto, se generarán aumentos de precios”.

De la misma forma, el argumento sirve para intentar frenar los aumentos salariales que están discutiendo los gremios, dado que dichos aumentos se irían a precios; una idea incorrecta, pero que intenta impedir el avance hacia una mejor distribución del ingreso.
Los aumentos se originan en la capacidad que tienen las grandes empresas de formar los precios, apropiándose de gran parte del mayor poder de compra de la población. En vez de producir más, incrementan los precios y sus márgenes de rentabilidad.

Por esa cuestión, el centro del debate inflacionario hay que ponerlo en los costos de las empresas (del cual los salarios son una parte menor en términos macro, relación que siempre depende del rubro) y fundamentalmente en sus ganancias.
Si no se interviene en este aspecto, y se pone un límite a la generación de ganancias, sea con controles de precios a través de los costos de las empresas, sea a través de sistemas impositivos altamente progresivos que desalienten la generación de márgenes de rentabilidad excepcionales, será muy difícil encarar una verdadera distribución del ingreso. Gran parte de ese margen excepcional debe servir para reducir los precios y remunerar adecuadamente a los trabajadores, asegurando niveles de rentabilidad aceptables para las empresas.

Resolver el problema que aqueja actualmente a la economía argentina, donde los formadores de precios se apropian del mayor poder de compra de la población, no es una tarea fácil ni unidireccional. Se requiere revitalizar un Estado que fue desarmado en los noventa y que no fue reconstruido con la fortaleza suficiente en los últimos años de bonanza, para que afiance el poder de policía que el Estado necesariamente debe ejercitar para cumplir sus funciones. Esto debe ser realizado con especial énfasis si se desea un modelo de desarrollo centrado en una mejor distribución de los ingresos.
Y para ello hay que dar una batalla ideológica, que tiene que ver con la definición de las causas de la inflación, pero que se centra en la construcción de un modelo de país más popular y solidario.

Diputado nacional. Bloque Nuevo Encuentro Popular y Solidario.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-161598-2011-02-02.html

miércoles, 2 de febrero de 2011

Los precios y la inflación


El 28 de enero de 2011, el Ministro de economía Amado Boudou hizo declaraciones, que enseguida tuvieron repercuciones de todo tipo. El entre otras cosas dijo: " Insisto en que hay que caminar para buscar precios: "Marcó del Pont compra palta a $ 1".
Revisemos tres declaraciones que tomé. ¿Cómo  fue la crítica, así sea a  favor o en contra, y cuál de éstas, tiene más sustento en la realidad...?

El economista Carlos Melconian aseguró que los dichos del ministro quieren confundir a la gente. "Lo que hay acá es un gran desorden, y en ese desorden, donde está la decisión tomada inersialista, este año
vamos a convivir con esto. La gente queda peor después de escuchar una declaración como esa. La competencia existió siempre, incluso en los países donde no hay inflación la gente también elige donde le conviene comprar. Lo que dijo Boudou no tiene nada que ver, sólo lo dijo para confundir".
Melconian también afirmó que el Gobierno no puede solucionar el problema. "Hay impotencia para  solucionar un conjunto de temas. Lo que no hay es una inflación de un dígito. En el mundo, en 180 países hay 11 que tienen una inflación de dos dígitos: varios africanos, Venezuela y Argentina", afirmó.

Otro de los que criticaron a Boudou por pedirle a la gente que "camine" para conseguir mejores precios fue el titular de la Federación de Panaderías, Abel Frutos. "No compartimos los dichos de Boudou. Casi no existen los precios que están planteando desde el Gobierno. No alcanza con los esfuerzos que están haciendo, no logran controlar la inflación. Y no estamos de acuerdo con eso de caminar para conseguir los mejores precios", afirmó.

El único que salió en defensa del ministro de Economía fue el empresario de la carne, Alberto Samid, quien culpó a los supermercados por los aumentos de precios. "En parte tiene razón. El problema desde
siempre es la intermediación, que trabaja de manera parasitaria. El problema son los supermercados, que se quedaron con toda la venta minorista. Cuando los precios bajan ellos no los bajan. Hasta que no  se termine este sistema de venta minorista esto no va a cambiar. Este mes la mercadería bajó pero en los supermercados no bajaron", afirmó.