sábado, 12 de marzo de 2011

11 de marzo...


Jueves 11 de marzo de 2011.


La Presidenta de la Nación dió un discurso en el marco de la conmemoración de la asunción de Héctor Cámpora en 1973. El mismo se llevó a cabo en el Estadio de Huracán.
Una multitud llenó el Estadio de punta a punta.
Emocionada, y sin querer ocupar el lugar de protagonista, sino el lugar de “una más compañera de todos ustedes”. Así Cristina se presentó, dió un discurso dirigido a los militantes y a los jóvenes del Bicentenario. Donde los invita a participar “no luchando contra alguien, sino por alguien”.
“Quiero una juventud que construya su propia historia, ustedes son la generación del Bicentenario”.

Emocionada hasta las lágrimas al relatar lo que Néstor le había contado sobre el acto del pasado 11 de marzo del 2010. Ya que ella no pudo ir, porque había ido a Chile para la asunción del nuevo Presidente. Y Néstor le contaba que había sido un acto diferente, que ese día se había empezado a reconstruir vínculos, cercanías y proximidades.

“Creo que su último acto de servicio fue también ese 27 de octubre, cuando descubrimos de repente, cuántas cosas había hecho y que poco le habían reconocido. Perdónenme pero tengo que decirlo, se me parte el corazón sino lo digo”. Con la voz totalmente quebrada Cristina dice la última frase. Y viví y sentí, junto a ella esa gran tristeza, porque Néstor se fue, y no se, si alcanzamos a demostrarle que lo que él hizo es y será reconocido, al menos por los que acompañamos firmes este modelo.
Pero creo que él era un adelantado, un previsory un estadista por eso, tardamos un tiempo más en caer en los logros que Néstor construía día a día.

La Presidenta terminó su discurso pidiendo, mientras se escuchaba desde la multitud el cántico: Boron bombon boron bombon para Cristina la reelección.

“Quiero pedirles, en nombre de él, que construyamos con amor, que el odio que algunos quisieron derramar sobre nosotros lo respondamos con amor. No hay mejores batallas que las que se ganan con el corazón…” Y dió las gracias en nombre de él y de sus hijos, por las muestras de cariño, por los fuerza Cristina…”

Durante muchos años escuché de boca de mi abuela materna, de mis tías y mi madre, hablar de Eva Perón y del General Perón. Me contaban con entusiasmo y fervor lo que era Eva y como las había ayudado, ya que mi abuela con cinco hijos se tuvo que separar, de su marido, porque trató de abusar de sus hijas. Eran cuatro mujeres y un varón.
Mi abuela contra todo, un día se fue sin nada, a la calle con sus cinco hijos.
Encontró una posibilidad de estudiar de la mano de Eva y el Gral. Y así salió adelante, compró su casa, se recibió de enfermera, llegó a enfermera cava, con la ayuda del Estado, porque mi abuela no tenía familia, más que sus hijos.
Con el orgullo que mi abuela hablaba de Eva era emocionante, me decía “Evita era una santa, una fuera de serie”.
Cosa que yo en ese momento no podía entender...

Yo nací en el año 73, y pasé “con conciencia”, digo por la edad, toda la época de los noventa, trabajando doce horas por día, y gracias a la flexibilización laboral (Patricia Bullirich en ese entonces era Ministra de Trabajo, y aprobó la flexibilización). Eso y el miedo a no conseguir otro trabajo, me llegué a bancar cosas, que hoy en día se que fue acoso moral.
Con un Estado ausente y con las corporaciones depredadoras devastando el país, el panorama era triste.

Claro que yo no podía sentir o vivir esos relatos del Peronismo, del 46 al 55 más que nada, porque yo vivía lo peor de la política en carne propia. Cuando en realidad no había, ni democracia ni política. Solo estaba el aparato electoral, yo votaba pero parecía todo más de lo mismo.

La época neoliberal, los vaivenes de la economía siempre cambiante, hasta el 2001 donde culminó en una debacle total. ¡Un país prendido fuego!
No veía futuro, pero nunca quise irme de mi país.
Pero  yo seguía sintiendo ese vacío, que después de muchos años entendí de que se trataba. Ese vacío era el contenido político, que no estaba y no había estado como en aquellos años Peronistas que me contaban.

Recuerdo que muchas veces pensé ¿Por qué no me tocó vivir cuando estaba Eva? ¿Por qué no hay un Estado del cuál sentirme parte?
Añoraba profundamente una Evita capitana, o un General Perón defendiendo a los descamisados.
Hasta que ese vacío, se llenó un tiempo después, al fin me sentía atraída con mucha fuerza por la política, hasta en el 2006 le mandé una carta a Néstor y al poco tiempo me la respondió.
Sí, al fin en ese lugar que estaba desierto, ahora había un Estado, y de a poco se volvió a visualizar la política.

Supongo que tardó en verse, porque había que volver a ganarse la confianza de la gente, después de que durante tantos años fue pisoteada y traicionada.
Tantos años de desilusión, desde aquel año 83 donde se festejaba la vuelta de la democracia, cosa que a los dos años se terminaba, y en poco tiempo vendría el neoliberalismo, que de democracia y política no tenían nada.

Sí…Al fin de a poco fui viendo como se formaba el modelo popular y nacional, eso que yo deseaba tanto poder experimentar y pertenecer.
Esto que vengo sintiendo cada día con más intensidad.
También por haber podido acceder a la historia real, y no al cuentito que se cuenta por ahí, fui valorando mucho el momento que estaba pasando y este momento presente.

Saber que este país en la mayor parte del tiempo, desde el principio fue gobernado por un poder hegemónico económico, familias de apellidos Patricios, por gobiernos inconstitucionales o de facto, y la época neoliberal, tan nefasta como los gobiernos militares.
Estos dos últimos, fueron planes impuestos por EE.UU. (Plan Cóndor, gobiernos militares y el Consenso de Washington de los noventa).

Por eso cuando Néstor dijo que no al ALCA, otro plan que quería imponer el FMI, con EE.UU. Cuando paga la deuda, para no depender más de ese tipo de gente.
Tantas cosas hizo Néstor y Cristina que hace cinco años, ese tiempo me llevó a mí, que dejé de soñar con una Eva o un General, porque ya tenía los de esta época.
Por eso vivo cada discurso de Cristina, llena de emoción y de esperanza.
Porque el modelo que arrancó en el 2003 hoy sin duda alguna es Nacional y popular.

Hay un Estado presente, hay derechos y deberes. Hay derechos humanos, hay patriotismo y hay dignidad.
Porque nunca de mi parte será en vano, esos treinta mil compañeros que ya no están, ni la desaparición física de Néstor, como Argentina y latinoamericana, no me permitiría dejar mí puesto de lucha defendiendo el modelo y flameando la bandera del amor por delante.

Enlace para escuchar el discurso de Cristina del 11 de marzo de 2011:

http://www.radionacional.com.ar/audios/palabras-de-cristina-fernandez-durantel-el-acto-en-el-estadio-de-huracan.html

2 comentarios:

  1. Cecy:Un lujo de Presidenta tenemos, nos hizo llorar a todos, ya forma parte de los grandes estadistas del mundo. Sus referencias a Nestor son sentidas y llenas de verdades que quizá en su momento no fueron apreciadas en su verdadera dimensión, como lo de Mar del Plata, que fue histórico y marcó el comienzo real de la unidad latinoamericana. Te felicito por tu nota. Nicky

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  2. Gracias Nicky!!! Yo trato de transmitir lo que me hace sentir tan orgullosa, la gran Presidenta que tenemos y el legado de Néstor. Besos!

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